Tuesday, February 02, 2021

Elecciones en Ecuador 2021 y el efecto Mandela.

 


En psicología, el efecto Mandela, se refiere a un evento “mal recordado” por un gran número de personas, en este caso, la supuesta muerte durante su tiempo en prisión del líder sudafricano Nelson Mandela, cuando en realidad, sirvió como presidente de ese país de 1994 a 1999 y murió en libertad en el año 2013.

Este efecto es producto del “efecto de la desinformación” una aserción falsa, que repetida varias veces, reafirma la memoria del colectivo y la convierte en una realidad alterna.

En el caso de las elecciones en el Ecuador 2021, el debate y las propuestas de gobierno, como era de esperarse en un mercado de ofertas populistas, no iban a convertirse en un elemento central de persuasión del elector ecuatoriano, en cambio las noticias falsas y las propuestas vacías como la venta de agua virtual, los mil dólares para 1 millón de personas o traer dinero de cuentas de dinero privado desde el exterior para uso público, ha calado en la mente de los ecuatorianos.

Por otra parte, hay una marcada campaña en redes sociales de desinformación con anuncios repetidos en grupos de Facebook así como en Twitter y cientos de cuentas que replican comentarios que apoyan con fe viva, noticias que son categóricamente denunciadas como falsas o peor aún, negar actos de corrupción que han terminado en sentencias en firme, condenados, sujetos dentro del proceso que han pedido perdón por sus actos y una placa con sus nombres en el Palacio de Carondelet.

Afirman que no hubo corrupción en el Gobierno de la década pasada y que los informes de Contraloría y las decisiones de la justicia en los cientos de casos de investigados, han sido una mera persecución política.

En este caso, siguiendo los conceptos del efecto Mandela, miles de personas replican esta desinformación y la convierten en una defensa feroz que refuerzan la creencia de que su candidato es de “manos limpias” cuando los hechos no avalan esa realidad alterna.

Esto, me lleva cuestionar la razón por la que los ecuatorianos estarían dispuestos a votar por “políticos criminales”, me refiero a aquellos candidatos que tienen procesos judiciales en su contra y a los que cuentan con sentencias en firme ratificados por la máxima autoridad judicial.

Una muestra de esto es que casi 60 asambleístas del período actual, tienen procesos judiciales en su contra, que muchos candidatos presidenciales tienen también varios procesos en su contra y que uno de los candidatos más opcionados para llegar a segunda vuelta es representante de un prófugo de la justicia.

Un estudio realizado en India, por Milan Vaishnav, se hace la misma pregunta, ¿Porqué votamos por “políticos criminales”? llegando a la triste conclusión de las fuentes de financiamiento de las campañas política, que son generalmente subreportadas, beneficiando a los candidatos que tienen nexos criminales y no votan “a pesar” de sus crímenes, sino que votan por haber cometido esos crímenes.

Ecuador pudiera ser objeto de una continuación de este estudio con el objeto de comprender esta problemática y las implicaciones que esto repercute sobre la ética y transparencia institucional para el fortalecimiento de nuestros partidos políticos y el compromiso de la sociedad de sancionar a aquellos que alguna vez les otorgamos el voto y lo defraudaron.